Los espacios confinados en el trabajo suelen tener un alto nivel de peligrosidad. Debido a sus características físicas de espacios reducidos y poco ventilados, así como a las condiciones a las que se enfrentan los trabajadores, suele haber peligros asociados.
La prevención de riesgos en espacios confinados es fundamental para garantizar la seguridad y salud de los empleados. En estos entornos las probabilidades de accidentes graves son bastante altas y por eso hay que tomar las medidas preventivas adecuadas.
En muchos casos estos espacios confinados se encuentran en hogares o en zonas de oficina. Te animamos a consultar también los riesgos laborales en una oficina y los riesgos laborales del teletrabajo.
El enfoque en la seguridad y salud debe ser constante en todos los entornos laborales, adaptándose a las características específicas de cada uno.
¿Qué son los espacios confinados?
Los recintos confinados son lugares que cuentan con aberturas limitadas de entrada y salida. También suelen tener una ventilación natural desfavorable, lo que puede derivar en la acumulación de contaminantes tóxicos o inflamables y en una atmósfera deficiente en oxígeno.
Algunos ejemplos de ello puede ser trabajar en tanques, túneles, pozos, silos y tuberías industriales.
Trabajar en estos lugares implica una serie de riesgos específicos que requieren una preparación y capacitación adecuada. Y por supuesto hay que implementar protocolos de seguridad claros.
Es aquí donde los cursos PRL (Prevención de Riesgos Laborales) juegan un papel clave. Dan a los trabajadores el conocimiento necesario para controlar estas situaciones de manera segura.
Espacios confinados: riesgos y medidas preventivas
Identificar los riesgos existentes es el primer paso para establecer las medidas necesarias para mitigarlos.
Entre los riesgos asociados a espacios confinados, los más habituales son:
- Atmósfera deficiente en oxígeno. La falta de oxígeno puede deberse a reacciones químicas, combustiones o la presencia de gases que desplazan el aire respirable. Aumenta mucho el riesgo de asfixia.
- Acumulación de contaminantes tóxicos. En estos lugares los gases o vapores tóxicos, como el monóxido de carbono o el sulfuro de hidrógeno, pueden provocar intoxicación aguda. Para evitarlo hay que contar con una ventilación adecuada.
- Incendio o explosión. La presencia de contaminantes tóxicos o inflamables y fuentes de ignición en espacios con ventilación limitada aumenta el riesgo de un incidente grave.
- Caídas a distinto nivel. La naturaleza cerrada y la falta de visibilidad en el interior del espacio pueden causar accidentes por tropezones, resbalones o caídas.
Prevención de riesgos en espacios confinados
La prevención de riesgos en espacios confinados requiere una planificación minuciosa y el uso de tecnologías y equipos de protección adecuados.
Entre algunas de las medidas preventivas más importantes hay que destacar:
Hacer una evaluación de los riesgos existentes
Antes de permitir el acceso a cualquier recinto confinado hay que realizar una evaluación detallada de los riesgos existentes.
Una de las más importantes es medir las concentraciones de oxígeno y buscar posibles acumulaciones de contaminantes tóxicos.
La evaluación debe ser realizada por personal cualificado y actualizada regularmente para reflejar cualquier cambio en las condiciones del espacio.
Que haya una ventilación adecuada
Una ventilación natural desfavorable agrava los peligros en los espacios confinados.
Por eso es fundamental instalar sistemas de ventilación forzada para mantener el aire limpio y prevenir la acumulación de gases peligrosos.
Esto es especialmente importante en puestos de trabajo con una ocupación continuada.
Usar los equipos de protección
Los equipos de protección son imprescindibles en todos los trabajos pero especialmente en puestos como este con un peligro tan alto.
Se deberían utilizar mascarillas con filtros específicos para los gases presentes. Además, es importante combinarlas con ropa resistente a químicos, guantes y cascos.
En función del puesto también hay que utilizar los arneses y líneas de vida. Estos son esenciales para prevenir caídas a distinto nivel y facilitar el rescate en caso de emergencia.
Una formación teórica y práctica
La capacitación y formación a través de cursos específicos de prevención asegura que los trabajadores estén preparados. Esto permite que estén listos para enfrentarse a los riesgos específicos de los espacios confinados.
La formación teórica y práctica debe incluir simulacros de emergencia, el uso correcto de equipos y el conocimiento de los protocolos de seguridad.
Supervisión y seguimiento continuos
Toda actividad en recintos confinados debe estar supervisada por un equipo externo.
De esta forma se puede reaccionar rápidamente ante cualquier incidente.
La monitorización de las condiciones del espacio debe ser constante. Especialmente en lo que respecta a los niveles de oxígeno y la presencia de contaminantes tóxicos o inflamables.
Protocolos en caso de emergencia
A pesar de las medidas preventivas, siempre existe la posibilidad de que ocurra un accidente en un espacio confinado.
Por ello, es esencial contar con un plan de emergencia bien definido.
- Con sistemas de rescate. Los trabajadores deben contar con arneses y dispositivos que permitan su evacuación rápida en caso de emergencia.
- Que incorpore detección y alerta temprana. Con sensores que detecten cambios en las condiciones atmosféricas, por ejemplo una disminución en las concentraciones de oxígeno o un aumento de gases inflamables.
- Hacer simulacros periódicos. Los simulacros ayudan a los equipos a estar preparados para actuar rápido en situaciones de crisis.
La prevención de riesgos en trabajos en espacios confinados es compleja y requiere atención a múltiples parámetros.
Se requiere una combinación de conocimientos, equipos y protocolos adecuados. Si bien uno de los más importantes es la ventilación del espacio y el control de gases o tóxicos, no es la única.
Se pueden tomar todo tipo de medidas pero uno de los más prácticos es la formación y preparación del personal. De nada sirve incorporar medidas adecuadas si el trabajador no sabe utilizarlas. No saber cómo reaccionar rápido ante una situación de peligro o a qué peligros se enfrenta aumenta el riesgo considerablemente.
En estos casos el propio trabajador puede ser la primera medida de seguridad si se le instruye adecuadamente.
