Las estadísticas de prevención de riesgos laborales permiten realizar un análisis comparativo de la situación de la empresa frente al resto de las empresas del mismo sector, comparando los índices de siniestralidad con los del resto del sector al que pertenece.
Las empresas están obligadas a dar información sobre los accidentes que sufren sus trabajadores, tanto los que ocurren en el centro de trabajo como los sucedidos fuera de la empresa.
Estadísticas de accidentes laborales en la Unión Europea
Con los datos que las empresas proporcionan sobre accidentes laborales se pueden llevar a cabo las estadísticas de accidentes de trabajo en los distintos países europeos y, así, obtener datos anuales sobre las causas y circunstancias en las que se han producido los accidentes notificados, con un objetivo: conocer los fallos de la prevención de riesgos laborales para poder mejorarla.
A nivel europeo, es la oficina de Estadística de las Comunidades Europeas (EUROSTAT) quien se encarga de realizar las estadísticas de accidentes de trabajo.
Los datos más recientes de Eurostat aseguran que España ocupa el cuarto puesto en accidentes mortales y el tercero en número de incidentes graves. En concreto, se han registrado casi 600 accidentes mortales y más de 50.000 accidentes que implican más de cuatro días de baja. Además, existe un déficit en materia de prevención de riesgos laborales en España.
Estadísticas de accidentes de trabajo en España
En España el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social publica estas estadísticas a lo largo de todo el año. Estos informes permiten comparar la accidentalidad según las actividades laborales y según las comunidades autonómicas. También informan sobre los accidentes con baja y de los accidentes mortales en cada uno de los sectores.
Año tras año, las cifras de siniestralidad laboral en España van en aumento. Según datos del Ministerio, entre 2017 y 2018 se contaron más de 650.000 accidentes laborales, de los cuales más de 300.000 fueron con baja, cifras similares a las que se presentaron en el año 2019. Pero en el año 2020, debido al confinamiento del COVID-19, las cifras bajaron un poco, hasta los 505.528 accidentes de trabajo con baja y 518.979 sin baja.
Sin embargo, en el año 2019 España registraba más de 1,5 millones de accidentes laborales, de los cuales 650.602 fueron con baja. En este bloque, más de 4.332 tuvieron un carácter grave (más de cuatro días de baja) y más de 600 repercutieron en el fallecimiento del trabajador.
Analizando las cifras anteriormente mencionadas, se muestra una tendencia a la alza en casi todas las variables, exceptuando el 2020. Entre los años 2017 a 2019 los siniestros laborales con baja aumentaron un 5,4%, un 6,4% en los casos más graves, un 0,7% en los casos sin baja y permanecieron estables en cuanto a mortalidad.
Los expertos coinciden en que existe una evidencia en el positivo incremento de nuevos puestos de trabajo y que está íntimamente relacionado con el mayor número de accidentes.
Accidentes de trabajo por sector en jornada con baja
Los sectores que peores cifras han alcanzado en los últimos años han sido la industria manufacturera, industrias extractivas, transporte y almacenamiento y la construcción, según los datos del Ministerio de Trabajo.
Por otra parte, y haciendo una diferenciación mucho más profunda, las estadísticas del Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo reflejan una mayor incidencia de siniestralidad laboral en sectores como el agrario, entre los que se encuentran el de la extracción de antracita, hulla y lignito, el sector de recogida, tratamiento y eliminación de residuos, el industrial y de la construcción.
Sin embargo, en los últimos años, y gracias al trabajo de las empresas de prevención, España ha experimentado un amplio desarrollo de la cultura preventiva. Si bien aún hay margen de mejora, no se debe menospreciar el esfuerzo realizado por las empresas y por toda la sociedad en una apuesta por la mejora de las condiciones laborales.
¿Qué dice la normativa?
Año tras año se presentan cambios en la legislación. Se han introducido algunos cambios de carácter general, como por ejemplo la mención expresa a los protectores que se utilizan en el ámbito deportivo. En la categoría aplicable a algunos equipos de protección individual (EPI) como la protección auditiva o los chalecos antibalas han pasado a ser de Categoría III, lo que significa que están siendo sometidos a procesos de control mucho más exhaustivos.
Los cambios normativos son constantes y es algo que desorienta mucho tanto al empresario como a los profesionales y muy especialmente a las pymes, lo que refuerza la importancia de realizar una evaluación PRL de forma periódica, para estar siempre al tanto de las novedades. Obviamente, las grandes compañías cumplen mejor y son más eficientes en la prevención de riesgos laborales porque tienen más recursos.
Sin embargo, se sigue trabajando en la regulación que tiene como objetivo eliminar los déficits de las pymes en prevención de riesgos laborales, facilitando el cumplimiento de la ley para que este apartado no sea considerado como un gasto, sino como una inversión generadora de beneficios, reflejada en la salud de los trabajadores y en la productividad de la empresa.
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