Pasar mucho tiempo sentado de manera continua es lo que se conoce como sedestación prolongada. Tiene una serie de efectos negativos y peligros para la salud.
Para minimizar los riesgos del sedentarismo laboral y prevenir sus efectos es bueno aplicar medidas preventivas. Tal es el caso de la realización de reconocimiento médico laboral anual para detectar posibles problemas de salud.
Los efectos de la sedestación prolongada en el trabajo pueden derivar la aparición de problemas crónicos de salud y un elevado absentismo en las empresas.
Los trabajadores que permanecen sentados tienen mayores probabilidades de sufrir problemas de tipo cardiovascular o molestias y dolores en la espalda.
Peligros de la sedestación prolongada para la salud
La sedestación prolongada se asocia con diversos problemas de salud. Entre ellos un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, problemas musculares y de espalda, entre otros.
Hay que intentar tomar medidas como pequeños descansos para levantarse o realizar estiramientos y movimientos suaves.
Tener rutinas de actividad física regular también ayuda a minimizar los riesgos y contrarrestar los efectos negativos de la sedestación prolongada.
Efectos de la sedestación prolongada en el trabajo
La sedestación prolongada en el trabajo tiene efectos negativos en la salud y el bienestar para el trabajador.
Algunos de estos efectos incluyen:
Pueden aparecer problemas musculoesqueléticos
Estar sentado por períodos prolongados puede contribuir al desarrollo de problemas musculares y esqueléticos, como dolor de espalda, cuello y hombros.
La falta de movimiento puede tensar ciertos grupos musculares y afectar a la postura.
Riesgo de enfermedades cardiovasculares
La inactividad prolongada está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades de tipo cardiovascular.
La falta de actividad física afecta negativamente la circulación sanguínea y aumenta la probabilidad de problemas cardíacos en el trabajador. Sobre todo si en su vida personal no realiza ejercicio físico habitual.
Aumento de peso y obesidad
La falta de actividad física puede contribuir al aumento de peso y al desarrollo de la obesidad. La falta de movimiento puede afectar el metabolismo y la capacidad del cuerpo para quemar calorías de manera eficiente.
Si bien este riesgo puede minimizarse si el trabajador mantiene una dieta saludable reduciendo el consumo de alcohol o tabaco y realiza ejercicio de forma habitual.
Disminuye la concentración
Estar sentado durante largos períodos puede provocar fatiga mental y afectar a la concentración.
La falta de movimiento disminuye el flujo sanguíneo al cerebro y afecta negativamente la cognición del trabajador y bajará la productividad laboral.
Aparecerá la fatiga
El cansancio físico aparecerá en situaciones de sedestación prolongada durante la jornada laboral. Esto afecta muy negativamente al estado de ánimo del trabajador además de ralentizar la realización de tareas.
Peligro de fascitis plantar
La sedestación prolongada puede hacer que aparezca la fascitis plantar. La presión continua en los pies y la disminución de la circulación sanguínea facilitan el acortamiento de la fascia plantar además de provocar rigidez en la zona.
Esto aumenta la posibilidad de sufrir microdesgarros e inflamación al ponerse de pie.
Para una buena prevención de la fascitis plantar es recomendable realizar estiramientos del pie y utilizar un calzado adecuado.
Problemas de salud a largo plazo
La sedestación prolongada en el trabajo se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud a largo plazo. Como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Es necesaria una vigilancia constante de la salud incluso después de terminada la vida laboral del trabajador. Estos problemas de salud pueden surgir mucho tiempo después.
Combatir los efectos de la sedestación prolongada
Para contrarrestar los efectos negativos de la sedestación prolongada se recomienda se recomienda incorporar pequeños descansos para levantarse, estirarse y moverse durante el día.
También es aconsejable utilizar mobiliario ergonómico, ajustar la posición del escritorio y la silla para mantener una postura adecuada.
Y por último es muy recomendable que el trabajador adopte hábitos de vida saludables. En especial si hablamos de hábitos alimentarios y ejercicio regular fuera del horario laboral.