Aunque casi todos sabemos qué es el mobbing, lo cierto es que en muchos casos no solemos identificarlo con claridad en nuestros trabajos. A veces las acciones propias de mobbing no son tan evidentes y claras como solemos pensar.
También porque comúnmente entendemos que una situación de acoso laboral se da desde el escalafón jerárquico superior hacia el trabajador de categoría inferior exclusivamente. No siempre es así, existen muchos tipos de acoso en el trabajo que puede darse entre escalas distintas en la empresa.
Distintos tipos de mobbing
El mobbing se manifiesta en diversas formas y con distintas dinámicas en el entorno de trabajo.
Entre ellas, destacan dos dimensiones fundamentales que definen la relación jerárquica entre víctima y acosador: el mobbing horizontal y el mobbing vertical. Vamos a ver las diferencias entre ellas.
El mobbing horizontal: acoso entre iguales
El mobbing horizontal se caracteriza por la presencia de la víctima y el acosador en el mismo rango jerárquico.
Este tipo de mobbing laboral suele ocurrir entre compañeros de trabajo que comparten un nivel profesional similar en la misma sede o departamento.
Las consecuencias psicológicas para la víctima pueden ser devastadoras, ya que el ataque proviene de un igual, generando un impacto emocional profundo.
Las formas de este mobbing horizontal pueden ser muy diversas. A veces es muy evidente con insultos directos o trabas en el trabajo de manera clara. En otros casos no son tan claras ya que son formas de acoso mucho más camuflado para que terceras personas no puedan detectarlo.
De una manera u otra si la situación se prolonga en el tiempo las consecuencias suelen ser muy graves. Por lo general dará lugar a la aparición del síndrome del trabajador quemado en el que se termina mostrando una total apatía y falta de motivación en el trabajo.
Mobbing vertical: distintos niveles de acoso jerárquico
En este caso estamos hablando de un tipo de acoso laboral que se da entre distintos grados de jerarquía en la empresa o entorno de trabajo.
El tipo de mobbing vertical se clasifica en dos subtipos según la posición jerárquica del acosador con respecto a la víctima: el mobbing descendente y el mobbing ascendente.
Mobbing descendente
En el mobbing vertical descendente, empleados de rango inferior son sometidos a acoso por parte de compañeros con jerarquía superior.
Esta forma de intimidación puede derivar en problemas psicológicos severos, incluyendo estrés, ansiedad y desmotivación laboral.
En esta dinámica, la víctima sufre hostigamiento por parte de sus superiores, lo cual puede manifestarse a través de acciones como intimidaciones, insultos, humillaciones o cualquier otra conducta abusiva con el objetivo de deteriorar su bienestar emocional y reducir su rendimiento laboral.
Las motivaciones para este ataque pueden ser diversas. En muchos casos es un mobbing estratégico que busca que el acosado abandone la empresa.
Al ser un acoso realizado por superiores puede manifestarse en forma de amenazas de despido o incluso la aplicación de sanciones injustas. Se podría considerar un tipo de mobbing disciplinario.
Mobbing ascendente
El mobbing vertical ascendente, en cambio, ocurre cuando un empleado de rango superior es acosado por subordinados. Se trata de una relación laboral ascendente.
Esta situación puede generar tensiones en la dinámica laboral y afectar la productividad, tiene efectos negativos en la salud mental del empleado acosado.
Este tipo de acoso puede incluir acciones como descalificaciones, desprecio, boicot laboral, o cualquier otra conducta que tenga como objetivo menoscabar la autoridad y el bienestar emocional del empleado de jerarquía superior.
Este fenómeno puede generar tensiones en el ambiente laboral y afectar negativamente la productividad y la moral del equipo.
El objetivo en la mayoría de los casos suele ser “librarse” de ese superior por parte de los acosadores. Es un mobbing perverso que busca crear una situación en la que el acosado decida abandonar el puesto de trabajo o que su baja de rendimiento tenga como consecuencia acciones contra él por parte de la empresa.
Consecuencias del mobbing
Las consecuencias del mobbing no se limitan al ámbito laboral; se extienden a la esfera personal y emocional de la víctima.
El estrés, la ansiedad, la depresión y la desmotivación laboral son solo algunos de los problemas psicológicos que pueden surgir como resultado del acoso sostenido en el trabajo.
Cuanto más se prolonga la situación, más intensos y perjudiciales son estos impactos.
Frente a lo que piensa la sociedad, detectar un acoso laboral a veces no es tan fácil. Los métodos de acoso pueden ser muy bien trazados por el acosador para evitar que sean detectados por terceras personas.
Es importante contar con los servicios de una empresa de prevención de riesgos laborales que ayude a detectar los peligros y diseñar planes de actuación.