La Ley de Prevención de Riesgos Laborales española es una de las más avanzadas de la Unión Europea en materia de salud laboral y, con el paso de los años, los cambios introducidos en la gestión del riesgo han tenido una valoración positiva.
Sin embargo, los trabajadores especialmente sensibles son el grupo más olvidado en los sistemas de prevención de riesgos laborales, ya que muy pocas empresas aplican métodos específicos para la identificación de características especiales o realizan adaptaciones de los puestos para este tipo de situaciones, cayendo en el error común de una incorrecta aplicación efectiva de la normativa que protege la salud de los trabajadores.
En este artículo, te explicamos cuándo se puede considerar un trabajador especialmente sensible, partiendo de su definición.
¿Qué es un trabajador especialmente sensible?
Podemos definir el concepto de trabajador especialmente sensible a partir del artículo 25.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales: aquel que por sus características personales o estado biológico conocido, incluidos aquellos que tengan reconocida la situación de discapacidad física, psíquica o sensorial, sean especialmente sensibles a los riesgos derivados del trabajo.
Partiendo de esta definición se puede considerar un trabajador especialmente sensible cuando presenta una de estas características:
- Trabajadores sensibles a ciertos riesgos.
- Mujeres que estén embarazadas o en periodo de lactancia.
- Trabajadores menores de edad.
- Trabajadores con una discapacidad.
- Trabajadores temporales.
- Trabajadores de la tercera edad.
Las empresas deben analizar las condiciones de trabajo para que, teniendo en cuenta las características de estos grupos, puedan adoptar las medidas preventivas adecuadas para la protección eficaz de su seguridad y salud.
Trabajadores sensibles a ciertos riesgos
Se puede considerar un trabajador sensible a ciertos riesgos porque presenta una serie de circunstancias subjetivas que afectan sus circunstancias personales o estado biológico. Su vulnerabilidad laboral se debe a que determinados riesgos pueden influir sobre su estado y no por el desarrollo en un puesto concreto de trabajo, que a nivel general afecta por igual a todos los trabajadores.
Un ejemplo concreto es que el trabajador desarrolle una determinada alergia, una pérdida de audición o una lesión de espalda, por ejemplo.
Mujeres que estén embarazadas o en periodo de lactancia
El embarazo o el periodo de lactancia no supone normalmente ningún problema para que la mujer realice su trabajo en condiciones seguras y saludables, pero se deben tener presentes qué condiciones de trabajo consideradas aceptables pueden no serlo durante el embarazo.
Algunos de los peligros que deben controlarse mediante una correcta vigilancia de la salud son la existencia de sustancias peligrosas, ruido, estrés, etc., que se acentúan en el caso de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Trabajadores menores de edad
Se refiere a los menores de 16 o 18 años, salvo que se presenten situaciones excepcionales. La falta de experiencia y formación sobre los peligros presentes en los puestos de trabajo hace que este grupo se vea especialmente expuesto a mayores riesgos.
Por ello, y mediante la intervención de las empresas de prevención de riesgos laborales, se exigen determinadas condiciones para garantizar una formación adecuada, una supervisión eficaz y la realización de una actividad laboral sólo en determinados puestos que se consideren adecuados, seguros y saludables para este grupo.
Trabajadores con una discapacidad
Se entiende como discapacidad la presencia de deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar, puedan impedir la participación plena y efectiva de la persona en la sociedad y en el trabajo, en igualdad de condiciones con los demás.
Trabajadores temporales
Son los trabajadores que presentan riesgos añadidos por el hecho que no son propios de la empresa donde desarrollan su actividad laboral. Los hace especialmente sensibles desconocer el oficio y el lugar de trabajo, la inexperiencia, la insuficiente acogida en la empresa, la asignación de los trabajos más peligrosos o en condiciones menos saludables.
Además, quienes tienen contratos temporales sufren mayor riesgo de padecer accidentes laborales, ya que la precariedad en el empleo genera una mayor exposición a factores de riesgo laboral e influye negativamente en su estado de salud mental.
Trabajadores de la tercera edad
Se pueden considerar trabajadores especialmente sensibles por las actuales tendencias demográficas de envejecimiento de la población y los cambios económicos que prevén nuevos escenarios laborales e industriales, pero esta necesidad aumenta al tener prácticamente la certeza de que en los próximos años no se dispondrá de población joven activa que pueda cubrir las necesidades de una sociedad desarrollada, en constante crecimiento y cambio.
Una de las principales preocupaciones relacionadas con los trabajadores mayores es su pérdida de capacidades funcionales, la disminución del rendimiento y de la productividad.
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