El uso de productos de limpieza, como lejía, amoniaco o salfumán puede resultar peligroso para la salud, especialmente en el caso de personal de limpieza, que manipulan una gran variedad de productos que los exponen a riesgos como salpicaduras en la cara y ojos e inhalación de vapores irritantes que pueden producirles una intoxicación.
A continuación, te contamos los principales riesgos del personal de limpieza y qué hacer ante un caso de intoxicación por un producto de limpieza. Si quieres conocer a qué riesgos concretos se enfrentan los trabajadores de tu empresa y cómo puedes minimizarlos, nada mejor que realizar una auditoría de prevención de riesgos laborales.
Síntomas de la intoxicación
Los síntomas dependen del tipo de producto y del tiempo y el tipo de exposición que la persona haya sufrido. En caso de notar síntomas relacionados con una posible intoxicación, siempre se debe pedir ayuda médica.
- En caso de ingerir accidentalmente productos de limpieza, se puede producir dolor faríngeo, dificultad para tragar, aumento de salivación, náuseas, dolor en el esternón y abdomen, aunque el picor de ojos y de garganta suelen ser una de las primeras señales.
- La exposición recurrente a estos productos en ojos y piel, puede producir dolor y generar quemaduras en el área expuesta.
- La exposición al producto por inhalación puede producir tos, sensación de ahogo, picor de garganta y ojos y, en ocasiones, dolor de cabeza.
Pasos a seguir en caso de intoxicación
Si tu empresa tiene, como así debería ser, un plan de prevención de riesgos laborales, vigila que todos estos pasos aparecen en él correctamente explicados:
- Lo primero y más importante es NUNCA provocar el vómito, ya que la sustancia provocaría una doble abrasión: de entrada y de salida.
- No beber agua ni leche hasta ser valorado por un profesional, ya que su utilidad depende de los componentes del tóxico.
- No quitar la ropa manchada con el producto tóxico.
- Lavar ojos o piel si hay contacto con abundante agua.
- Conservar el producto que ha provocado la intoxicación para poder identificarlo posteriormente y dar información al médico.
¿Cómo evitar las intoxicaciones?
- Mantener siempre los productos de limpieza en sus envases originales y procurar que su etiquetado será legible en todo momento.
- Antes de utilizar un producto de limpieza, leer detenidamente las indicaciones sobre los riesgos y los consejos de seguridad y recomendaciones.
- Evitar realizar mezclas con otros productos de limpieza. Es mejor comprar el producto con la dilución requerida.
- En caso de tener que utilizar envases de menor tamaño, etiquetar los nuevos envases indicando el nombre del producto y las indicaciones sobre los riesgos y los consejos de seguridad y recomendaciones.
- Se debe mantener los envases de los productos de limpieza cerrados y alejados de alimentos o bebidas y en lugares ventilados. En caso de que se derrame el producto, se deben limpiar inmediatamente.
- Para proteger los ojos, si se realizan mezclas, debes utilizar gafas de protección. Para las manos se debe utilizar guantes de protección adecuados.
- Durante el uso de productos de limpieza, no se debe jamás fumar, comer y beber.
- No probar ni inhalar directamente los productos de limpieza para tratar de identificarlos.
- Es importante lavarse las manos, la cara y cualquier parte expuesta después del uso de productos de limpieza.
¿Qué productos de limpieza son más tóxicos?
No sólo los productos de limpieza de tipo industrial son altamente tóxicos: en cualquiera de nuestras casas podemos encontrar productos que hay que tratar con mucho cuidado. En el caso de las empresas, es imprescindible realizar una evaluación de riesgos, dirigida a conocer a qué peligros se enfrentan los trabajadores y cómo evitarlos o minimizarlos.
Lejía
Es uno de los productos potencialmente más tóxicos y contiene sustancias que pueden ocasionar la destrucción de los tejidos que entren en contacto con el producto, como una quemadura, ya sea por vía oral, dérmica, ocular o respiratoria.
Amoníaco
Normalmente causan quemaduras tanto en la piel como en vías respiratorias. La disolución concentrada también presenta un olor fuerte y penetrante muy característico. Es un riesgo alto de intoxicación por contacto con la piel y por inhalación. Además produce dolor de cabeza, disnea, tos, bronquitis, edema pulmonar, etc.
Salfumán
Está diluida con algo de ácido clorhídrico (HCl) o lejía. Es un líquido amarillento con olor sofocante. Si el salfumán se mezcla con lejía, libera cloro. Puede causar quemaduras por contacto con la piel y rinitis, bronquitis, laringitis, neumonía, dolores de cabeza, etc. solo por inhalación.
La mayoría de estos ácidos, cuando se utilizan concentrados, al diluirlos o mezclarlos con agua, se procederá añadiendo el ácido sobre el agua, y no al revés, para evitar reacciones exotérmicas y salpicaduras.
Sosa cáustica
Este ácido produce también irritación en las vías respiratorias, la piel y los ojos. Las salpicaduras en los ojos pueden causar bastante irritación y daños reversibles.
La exposición a concentraciones elevadas de los vapores emitidos por estas sustancias, debido a su base alcohólica, pueden provocar vértigo y somnolencia.
Multiusos
Los productos multiusos son menos peligrosos comparados con los productos cáusticos más comunes. Además, para evitar la entrada en el mercado de productos peligrosos, la ley obliga a las empresas fabricantes a cumplir una serie de requisitos en cuanto a su composición, su envasado y su etiquetado para reducir los riesgos de intoxicación.
A pesar de ello, se puede encontrar entre sus componentes sustancias con mucho potencial tóxico, por lo tanto las recomendaciones para evitar intoxicaciones, que hemos mencionado antes, son las mismas.