Los problemas de salud más comunes por trabajar de noche

Trabajar por la noche puede minimizar las capacidades físicas y mentales de las personas que lo realizan. Si es tu caso y estás despierto llevando a cabo una actividad laboral, te va a suponer un mayor esfuerzo en todos los sentidos.

Una empresa cuyos trabajadores trabajen a turnos, incluyendo los nocturnos, debe prestar especial atención a su evaluación de riesgos laborales, ya que la falta de rutina en el sueño puede afectar enormemente a los trabajadores.

Biológicamente los seres humanos están preparados para realizar actividades durante el día y descansar durante la noche. Somos animales diurnos. Por lo tanto, el trabajar de noche supone un desgaste físico y emocional y acaba por crear problemas en la salud en las personas como la aparición de diferentes alteraciones, tanto físicas como mentales.

Es ahí donde empresa y trabajadores deben apoyarse en el plan de prevención de riesgos laborales de la empresa, con el objeto de mitigar dichas alteraciones y problemas.

¿Por qué es un problema trabajar de noche?

Una persona que trabaje de noche sufrirá un envejecimiento prematuro de cinco años por cada 15 que trabaje de noche, aunque los efectos de esta alteración es probable que no manifiesten hasta pasados 5 o 10 años de trabajar por la noche.

A grandes rasgos, la mayoría de las personas estamos más activas y rendimos más entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde. Después de las ocho horas de trabajo, existen más probabilidades de cometer errores, tener accidentes y ser menos productivo en el trabajo.

Además los problemas de salud por trabajar de noche no sólo afectan a la cantidad y calidad del sueño, sino también a la buena alimentación. Para mantener una buena salud es necesario llevar una dieta equilibrada con un aporte de los nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Así, es necesario que los alimentos sean digeridos en varias comidas.

Las personas que trabajan de noche normalmente, ingieren comidas frías, rápidas y que no aportan los nutrientes adecuados. Al despertar por el mediodía es probable que no tengan apetito como para comer un plato caliente y que no puedan hacerlo durante su turno de trabajo nocturno. Estas alteraciones alimentarias hacen que los problemas de salud se presenten con más frecuencia como enfermedades graves tipo la diabetes, la hipertensión arterial o el aumento de los niveles de colesterol.

Los cambios de turno 

Por la noche, cuando el cuerpo está cansado y se prepara para dormir, segrega melatonina, que es una hormona que te ayuda a relajarte y a conciliar el sueño. Durante el descanso, las glándulas suprarrenales segregan cortisol, hormona que nos mantiene despiertos, activos, vigiles y con la mente despierta. Estas hormonas regulan la producción a diferentes dosis según las necesidades del ciclo de sueño y vigilia. 

Al trabajar por la noche el organismo produce hormonas relajantes, mientras que durante el día se generan hormonas estimulantes, cuando la persona que ha pasado la noche en vigilia intenta dormir. Los cambios de turno constantes pueden afectar gravemente tanto a la capacidad de trabajo y concentración como a la calidad y cantidad del sueño. Hay personas que trabajan de noche de forma habitual y con el tiempo se adaptan en cierta medida a estos cambios, pero jamás del mismo modo.

Consejos para llevarlo lo mejor posible 

Como sabemos existen profesionales que ejercen en gran parte por la noche como los sanitarios, bomberos, cuerpos de seguridad, pilotos y conductores de servicios nocturnos. Si solo es posible trabajar de noche, es necesario tomar medidas para evitar que el impacto de esta alteración del ciclo natural del sueño y la vigilia sea excesivo. Sigue estos consejos para evitar en mayor medida los problemas de salud por trabajar de noche:

  • Cuida los hábitos alimentarios, asegurando el aporte de nutrientes adecuado y procurando ingerir alimentos varias veces al día, que las comidas sean calientes y evitar las precocinadas o frías.
  • Establece unas horas mínimas de entre seis y ocho horas de descanso tras el turno de trabajo, siguiendo las mismas rutinas que realizamos antes de ir a la cama por la noche.
  • Adapta la habitación donde duermes para asegurar el descanso, evitando la entrada de luz, el exceso de calor o los ruidos del exterior.
  • Haz ejercicio de manera moderada y adecuada a la edad antes de ir a trabajar para aumentar los niveles de energía durante las horas de trabajo nocturno.
  • Cuida las relaciones familiares y sociales pese a los cambios de horario y de turnos para que tu salud no se vea resentida por el turno de noche.
  • Los estimulantes como el té o el café los puedes tomar, pero solamente hasta la mitad de la noche, para que después su efecto no impida conciliar el sueño una vez finalizado el turno de trabajo.
  • Recomendamos no tomar nunca fármacos hipnóticos para conciliar el sueño a menos que los haya prescrito el médico y, a poder ser, solamente de manera puntual o por breve periodos de tiempo, hasta que el cuerpo se adapte al cambio del ciclo vigilia y sueño.
  • Si tienes que trabajar de noche y notas que tu cuerpo se resiente mucho, no lo tomes a la ligera y ponte en contacto con tu médico de cabecera.
  • Realiza una planificación cuidadosa y ten un poco de tranquilidad durante el día para trabajar toda la noche y poder dormir ocho horas al día siguiente.
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