¿Cuándo se considera el estrés laboral una enfermedad profesional?

Siempre existe la duda sobre si el estrés laboral es enfermedad profesional o no. Es cierto que en los últimos años este tipo de problema de salud se ha hecho más frecuente. De ahí que en la legislación española cada vez se le dé un peso más importante.

Aun así, el listado de enfermedades profesionales no incluye específicamente el estrés laboral, aunque su impacto en la Seguridad Social y en el ámbito laboral es innegable.

Identificar los síntomas del estrés laboral y tomar medidas preventivas, como la desconexión digital, es fundamental para intentar reducir su impacto negativo en los trabajadores.

El estrés laboral como enfermedad profesional se produce cuando las situaciones de estrés derivadas del trabajo no se gestionan adecuadamente. Afecta a la salud mental y física de los empleados.

Aunque no siempre está incluido en la lista tasada, la legislación sí ha reconocido que, bajo ciertas condiciones, el estrés laboral es una enfermedad profesional.

¿Qué es el estrés laboral y cómo se considera en la legislación española?

El estrés laboral es una reacción del cuerpo y la mente ante una situación laboral que excede la capacidad del trabajador para afrontarla.

En términos legales, el estrés laboral se reconoce cuando se puede establecer una relación de causalidad clara entre las condiciones laborales y el trastorno experimentado por el trabajador.

El estrés puede ser calificado como accidente laboral si se demuestra que la causa exclusiva es la ejecución del trabajo, sobre todo cuando se dan situaciones de estrés prolongado o en los casos en los que el entorno laboral no cumple con las medidas de prevención adecuadas.

Estrés laboral: ¿enfermedad profesional o contingencia común?

Conviene hacer una distinción entre enfermedad profesional y contingencia común.

Una enfermedad se considera profesional cuando figura en la lista tasada y, obviamente, si está relacionada directamente con la actividad laboral.

Pero en el caso del estrés, corresponde al trabajador y a su abogado laboralista demostrar que existe una relación laboral con el estrés. Es esta parte quien tiene que probar que la enfermedad tiene su origen en el trabajo.

El Tribunal Superior de Justicia ha dictado sentencias que reconocen el estrés laboral como una enfermedad profesional. Ha ocurrido en casos en los que se ha demostrado que la enfermedad se ha originado en el trabajo.

Factores que determinan si el estrés laboral es una enfermedad profesional

Para que el estrés laboral sea reconocido como enfermedad profesional, hay que recurrir a ciertas sentencias que se han producido.

Es necesario determinar si el trastorno cumple con ciertos criterios:

  • Hay una relación laboral de la causa. Debe demostrarse que el estrés se originó exclusivamente por las condiciones laborales y no por factores externos.
  • Se incumplen medidas de prevención. Si el empleador no garantiza un entorno seguro y saludable, puede ser responsable del estrés del trabajador.
  • Tiene un impacto en la salud. El estrés debe estar vinculado a problemas de salud diagnosticados, como ansiedad, depresión o enfermedades cardiovasculares.

Consecuencias legales del estrés laboral

El reconocimiento del estrés laboral como enfermedad profesional tiene implicaciones legales tanto para los trabajadores como para las empresas. De ahí la importancia de este debate aún abierto.

Para un trabajador significa poder tener acceso a prestaciones de la Seguridad Social por incapacidad temporal laboral y la posibilidad de obtener una compensación económica.

Y claro está que para las empresas esto puede ser perjudicial.

De ahí la importancia de una mayor responsabilidad en la gestión de riesgos laborales y posibles sanciones si se demuestra negligencia.

¿Qué pueden hacer las empresas?

Para evitar esta situación, las empresas deberían tomar medidas preventivas para evitar el estrés laboral.

Prevenir el estrés laboral protege a los empleados y reduce los costes asociados a accidentes laborales y contingencias profesionales.

Algunas de estas medidas pueden ser:

Fomentar la desconexión digital

La desconexión digital implica que el trabajador pueda liberarse de tareas relacionadas con el trabajo en su tiempo libre.

Se trata de que el trabajador no viva “pegado al móvil o el ordenador del trabajo” incluso fuera de su jornada laboral. Esto es fundamental para evitar el agotamiento.

Hacer evaluaciones de riesgos psicosociales

Es bueno evaluar regularmente el entorno laboral. Esto permite identificar factores de riesgo que contribuyen al estrés, prevenir la carga de trabajo excesiva y detectar la falta de apoyo por parte de los superiores.

Dar formación y recursos

Los empleados deben recibir formación especializada. Se trata de darles las pautas para manejar el estrés.

También pueden ponerse en marcha recursos como programas de bienestar o asistencia psicológica.

Poner en marcha sistemas de apoyo

El objetivo es crear un entorno donde los empleados puedan expresar sus preocupaciones.

Esto permite que el propio trabajador lance las alarmas y reciba apoyo emocional.

La clave general es actuar con rapidez si se dan síntomas de estrés laboral en un trabajador. Y para ello, en la empresa debería haber un protocolo claro para detectarlo.

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